La industria del gas natural está regulada

A propósito de la “agenda energética” recientemente presentada por el gobierno, nuestro gremio recibe con satisfacción el rol que ésta le asigna al gas natural licuado (GNL) en el desarrollo futuro de la matriz energética nacional. Valoramos especialmente el anuncio de la construcción de un tercer terminal de regasificación en la zona centro-sur, que estamos ciertos le dará una mayor estabilidad de suministro a esas regiones del país, permitiendo la extensión de redes hacia el sur, que llevarán un combustible limpio a más hogares, comercios e industrias.
En lo que respecta a la distribución de gas natural, la agenda también contempla medidas tendientes a subsanar vacíos existentes en la actual Ley de Servicio de Gas, así como a perfeccionar el marco regulatorio que rige la actividad. Como gremio, estamos abiertos a cooperar activamente con la autoridad en este ámbito.
En este contexto, es importante señalar que la distribución de gas natural trae consigo una extensa cadena de valor agregado, que le ha permitido destacar en la industria de la energía como un combustible seguro, moderno, amigable con el medio ambiente y que entrega un alto nivel de satisfacción para sus clientes, incluido su precio.
En relación a las tarifas de gas natural que pagan los consumidores chilenos, nos parece relevante precisar que en su establecimiento se considera una serie de costos asociados a la cadena de valor agregado de la industria. Es decir, en las tarifas finales no se considera únicamente el costo de compra del gas natural; en efecto, esta cadena incluye el costo del gas natural puesto en Chile, el costo de su procesamiento y regasificación, el costo del transporte por gasoductos hasta la zona de distribución, el costo de operación y pago de las inversiones asociadas a las redes de distribución, entre otros.
En otras palabras, las tarifas de gas natural obedecen a una fórmula de desarrollo e inversión privada, que no cuenta con subsidios o mercados protegidos.
Adicionalmente, es importante aclarar a la opinión pública que la industria del gas natural está regulada en Chile, y que esta regulación establece una rentabilidad máxima sobre los activos, lo cual ha sido chequeado permanentemente por la autoridad. Esta es una industria que se ciñe estrictamente a lo establecido en la ley bajo la cual se realizaron estas inversiones
Adicionalmente, nos parece oportuno insistir que, a diferencia de otras industrias de servicio público, la nuestra ha generado todas sus inversiones en base a recursos privados, con un monto acumulado superior a los US$ 1.600 millones a la fecha, principalmente en la cobertura de redes de gas natural –las que hoy suman cerca de 9 mil km–, conversión, captación de clientes y mejoramiento de la calidad de servicio.
Por otra parte, se debe tener presente que el gas natural domiciliario participa en un mercado altamente competitivo, donde también están la parafina, el GLP, la electricidad y la leña. Por lo tanto, el gas natural no impone barreras de salida, ya que si bien los hogares no se desconectan de la red, los usuarios tienen otras alternativas de uso energético. De hecho, el porcentaje de participación del gas natural en la matriz energética residencial es de tan sólo 8%.
Con todo, nuestro sector está consciente del importantísimo rol que la autoridad asigna al gas natural en la matriz energética nacional y no puede si no compartir y apoyar las medidas anunciadas para que este mercado siga desarrollándose como lo ha hecho hasta hoy. Por lo mismo, creemos que es nuestro deber contribuir a que la discusión que se ha instaurado sobre la distribución de gas natural se realice sobre la base de información certera de la actividad: ésta es una industria regulada, intensamente competitiva y su producto es la alternativa que mejor conjuga economía y cuidado con el medio ambiente.

Fuente: La Tercera, domingo 18 mayo 2014