Columna de opinión del director ejecutivo de la Asociación de Distribuidores de Gas Natural, Carlos Cortés Simón (Enero 30, 2015)
La expansión del gas natural en la matriz energética nacional es una de las grandes metas definidas por el gobierno y, sin duda, será parte de la política energética de largo plazo en que se encuentra trabajando la autoridad. Una meta que también comparten las empresas que prestan el servicio de suministro, cuyo afán es participar activamente en mercados con potencial de crecimiento y llevar el gas natural a la mayor cantidad de compatriotas en las distintas regiones del país.
Hoy, cuando en Chile estamos en un proceso de transición regulatoria en lo que respecta a nuestro sector, nos parece atingente recordar el tremendo aporte que ha realizado la industria del gas natural en los últimos 20 años, desde que comenzó a llegar el hidrocarburo a la zona central.
En el caso de la Región Metropolitana se ha logrado una importante disminución en los niveles de emisión de contaminantes, como el PM 10 y los óxidos de azufre, debido a que las industrias han sustituido combustibles con alto contenido de azufre y cenizas (diesel o petróleo), y como resultado las emisiones se han reducido en más de 50%. Además, ha habido un impacto significativo en la competitividad de las empresas, con ahorros para el sector que superan los US$ 800 millones.
Este producto moderno, eficiente y con atributos ambientales respecto a los combustibles tradicionales, ha posibilitado la sustitución de éstos no sólo en procesos industriales sino también en miles de hogares y pequeños comercios que hoy cuentan con el recurso.
Pese a sus ventajas, el gas natural tiene todavía una baja penetración en la matriz energética: su uso alcanza al 21% en el sector industrial, al 12% en el segmento residencial/comercial y sólo al 1% en el transporte a nivel nacional. Aun más, en el caso de los hogares representa sólo el 8% del total de la energía consumida, versus un 59% de la leña.
Los constantes avances tecnológicos, la competitividad del mercado energético y sus ventajas medioambientales hacen que el gas natural sea el combustible más limpio y apropiado para generar calidad de vida y bienestar. En este contexto, los perfeccionamientos en materia regulatoria que hoy se discuten en Chile deberían apuntar a incentivar su expansión hacia nuevas localidades, comunas, ciudades y regiones, a fin de que cada vez más personas puedan gozar de sus beneficios.
Valoramos que el gobierno haya asignado especial importancia al desarrollo del gas natural en su Agenda Energética. Esta importancia se expresa, entre otras materias, en el propósito de perfeccionar la institucionalidad del sector y, a la vez, ampliar los beneficios del gas natural a la mayor población posible y así alcanzar un desarrollo inclusivo.
Esperamos que este marco normativo entregue la debida estabilidad, previsibilidad y claridad a todos los actores que participamos en esta actividad para, de esta forma, facilitar la tan ansiada expansión del gas natural en Chile. Como industria, confiamos en que los perfeccionamientos a la regulación sectorial generarán las necesarias certezas de largo plazo en favor del bien común que se busca: tener una matriz energética más limpia, conveniente y con acceso para todos los sectores sociales.
Fuente: Diario Financiero