(Fuente: El Mercurio de Valparaíso). Actualmente, la tendencia mundial del transporte marítimo es el uso de sistemas que disminuyan la emanación de gases de efecto invernadero (GEI), ya que por disposición de la Organización Marítima Internacional (OMI) al año 2020 se prohibirá el uso de combustibles con un contenido de azufre superior al 0,5%, en zonas sin restricción y al 0,1% en sectores especiales, una cifra mucho menor a la de hoy, que asciende al 3,5%. Por ello, la industria naviera actualmente tiene tres alternativas: instalar filtros tipo scrubbers -que bajan las emisiones-, utilizar combustible bajo en azufre que posee un alto costo- y/o usar gas natural (GN).
Según las disposiciones OMI, todo buque que no cumpla con los requisitos establecidos enfrentará multas y eventualmente se le podría declarar no apto para la navegación. Por lo mismo, la Asociación Nacional de Armadores (ANA) está analizando utilizar el gas natural como combustible para sus rutas nacionales e internacionales.
El gerente general de ANA, Ricardo Tejada, dice que “la tendencia siempre ha sido a ir buscando mejores alternativas que sean menos contaminantes, más eficientes y económicas. Y dentro de ellas está el gas natural, que poco a poco gana terreno en el mundo marítimo, ya que actualmente hay cruceros, buques y embarcaciones más pequeñas que lo utilizan con muy buenos resultados, pero surge la problemática de la autonomía, porque no tendríamos la disponibilidad de abastecernos de gas natural en cualquier punto”.
El ejecutivo comenta, además, que hace tres semanas su gremio se reunió con la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN), para comenzar a trabajar en conjunto esta alternativa, tanto para remolcadores en la V Región como para cabotaje en la zona sur, a medida que se vayan implementando estanques de reaprovisionamiento, ya sea por gasoducto u otros buques de cabotaje que lleven el GN al sur del país.
Al respecto, el director Ejecutivo de AGN, Carlos Cortés, comenta que “sin duda este nuevo escenario abre una clara oportunidad para el GNL como combustible para el transporte marítimo, ya que Chile está bastante atrasado en la implementación de las medidas necesarias para el cumplimiento de las normas de azufre impuestas por la OMI para el año 2020”.
“La disposición está, porque los armadores siempre hemos cumplido con todas las normativas tanto nacionales como internacionales, porque nos permite realizar nuestro trabajo de manera óptima. El problema de disponibilidad de recarga de combustible de gas natural es un punto importante a resolver, así como también se debe analizar cada caso y situación de los buques nacionales, para ver qué alternativa tomar”, señala el gerente técnico de ANA, Rosauro Segovia.
PROYECCIONES MUNDIALES
Actualmente hay 136 buques que se movilizan con gas natural en el mundo, cifra que crecerá en un 87% al año 2020. Por ello, las empresas están abasteciéndose de buques que vayan con la tendencia mundial, ya que la reconversión de la flota actual es más compleja. Según Segovia, los astilleros del mundo no darían abasto para satisfacer una demanda completa de transformación de naves. Por ello, se dará prioridad a los buques que tengan mayor rango de vida útil, porque es más conveniente en materia de costos y productividad.
Se estima que el transporte marítimo global es responsable del 3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, cifra que podría incrementarse a un 14 % en 2050. Por lo mismo, a raíz de la disposición de la ONU, la tendencia mundial del transporte marítimo es a utilizar combustibles con la mínima emanación de azufre al ambiente, lo que por defecto conlleva a disminuir las emisiones de CO2, NOx y PM. Por esta razón, las grandes navieras del mundo se mueven entre varias alternativas. Por ejemplo, Maersk decidió que para su flota utilizará combustible ultrabajo en azufre, y NICC está ordenando buques con scrubber. En el caso de CMA CGM, la compañía gestionó la construcción de nueve portacontenedores de 22 mil TEUS propulsados a gas natural.
La Unión Europea (UE), por lo pronto, puso en marcha el proyecto ‘CORE LNGas Hive’ para impulsar el uso del GNL como combustible habitual en el transporte marítimo. Eso mientras distintos países en el mundo plantean iniciativas que están incrementando la demanda del hidrocarburo en esta área. Según las estadísticas de la OMI, la disponibilidad del producto bordeará los 72 millones de toneladas al 2022, y los posibles reacondicionamientos de los buques agregarían una demanda extra de 10 millones de toneladas.