Discurso del director ejecutivo de AGN, Carlos Cortés Simón, en la inauguración del seminario “Gas natural en el transporte, un aporte efectivo a la descontaminación”, organizado por la Fundación Gas Natural Fenosa y la Asociación de Empresas de Gas Natural.
Sabemos que el transporte es una las fuentes que más aporta a las emisiones de gases contaminantes, con graves efectos sobre la salud de las personas y por ende en su calidad de vida. Es por ello que la incorporación de combustibles alternativos de baja o cero emisión en este sector es un desafío urgente de abordar.
Muchos países desarrollados, como Alemania, Italia, Francia y España, por citar algunos, han fomentado el uso de gas natural en este sector y es así como hoy se usa esta tecnología en una gran cantidad de urbes con resultados extraordinariamente exitosos.
En una reciente gira técnica organizada por nuestra Asociación a Estados Unidos pudimos constatar las positivas experiencias del uso del gas natural en distintos sistemas de transporte público. Destaca el caso de Los Ángeles, cuyo sistema opera completamente con buses a gas natural comprimido (GNC), con más de 2.400 vehículos circulando en la actualidad. Hace siete años se terminó de reemplazar todos los buses a petróleo, tras una decisión de Estado para combatir los serios problemas de contaminación ambiental de la ciudad.
Aunque de manera muy acotada, en Chile también contamos con buenas experiencias en este ámbito, como es el caso del Punta Arenas, donde todo el transporte público opera con gas natural, incluyendo buses, colectivos y taxis, y con muy buenos resultados.
Son por todos conocidos los esfuerzos desplegados por el gobierno para impulsar la electromovilidad, lo que sin duda celebramos. No obstante, la electromovilidad es un proceso gradual que recién está despegando y los problemas de contaminación son urgentes de atender.
Estamos convencidos de que el gas natural es el mejor complemento para estos efectos, y la opción más costo efectiva en el corto plazo.
Es una energía limpia, madura y probada, y que además cumple con todos los factores de competitividad económica exigibles a un combustible alternativo para el transporte público.
La próxima renovación de flotas del transporte público de Santiago es una gran oportunidad para darle espacio también al gas natural. Creemos que no hay razones técnicas que justifiquen dejarlo fuera de este gran desafío país que es avanzar hacia una movilidad sostenible.