Especialistas aseguran que este combustible puede dar más sustentabilidad al transporte y llaman a “emparejar la cancha” para incorporarlo al Transantiago.
¿Sabía usted que, en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, el transporte público eliminó el uso de diésel y hoy opera totalmente con gas natural para así cumplir con sus exigentes normas medioambientales? ¿O que en Madrid los autobuses urbanos han ido introduciendo gradualmente este combustible, logrando beneficios económicos y ambientales, por lo que se proyecta que para el año 2021 la flota estará compuesta solo por vehículos a gas natural comprimido (GNC) y eléctricos?
Esas son algunas experiencias prácticas que corroboran la contribución que el gas natural puede hacer para contar con sistemas de transporte más sustentables que ayuden a mejorar la calidad del aire en las ciudades.
Los casos fueron presentados en el Seminario “Gas natural en el transporte, un aporte efectivo a la descontaminación: ventajas ambientales y económicas”, desarrollado a fines de noviembre por la Fundación Gas Natural Fenosa y la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN) en el Centro de Convenciones de la Sofofa.
Sobre ese escenario, varios especialistas llamaron a “emparejar la cancha” en Chile para los combustibles en materia tributaria y a generar los incentivos necesarios para que opciones más limpias como el gas natural puedan ser efectivamente consideradas en la próxima renovación de buses del sistema de transporte público de Santiago, Transantiago.
APORTE RELEVANTE
El evento se inició con la intervención del Director General de la Fundación Gas Natural Fenosa, Martí Sola, quien puso énfasis en que la mala calidad del aire es una de las principales preocupaciones en todas las grandes ciudades del mundo y que “el uso de gas natural en el transporte puede hacer un gran aporte para afrontar esta problemática”. Al mismo tiempo llamó la atención en cuanto a que en nuestro país existe un esquema impositivo que favorece a un combustible más contaminante como es el diésel, en circunstancias que se debieran privilegiar alternativas más eficientes y limpias como el gas natural.
Similares conceptos expresó el Director Ejecutivo de AGN, Carlos Cortés, quien además llamó a igualar las condiciones para que este combustible pueda incorporarse al Transantiago: “Son conocidos por todos los esfuerzos del Gobierno para impulsar la electromovilidad, lo que nosotros celebramos. No obstante, la electro-movilidad es un proceso gradual que recién está despegando y los problemas de contaminación en Santiago son urgentes de atender. Estamos convencidos de que el gas natural es el mejor complemento para estos efectos y la opción más costo efectiva en el corto plazo. Es una energía limpia, madura y probada a nivel global, y que cumple con todos los factores de competitividad económica exigibles a un combustible alternativo para el transporte público. La próxima renovación de flotas del transporte público de Santiago es una gran oportunidad para darle espacio también al gas natural”.
Al seminario asistió la Ministra de Transportes, Gloria Hutt, quien reconoció la necesidad de mejorar algunas regulaciones y aspectos de política pública para avanzar hacia un sistema de transporte más sustentable. “Necesitamos poner los incentivos correctos hacia las tecnologías menos contaminantes. Coincido en que hay ajustes que hacer e incentivos instalados que debemos corregir”, indicó.
En relación al Transantiago, la Secretaria de Estado añadió: “Queremos una diversificación de la oferta, que haya muchas más alternativas de viajes y también más alternativas tecnológicas y de energía, así es que el gas natural tiene todo el espacio abierto en el nuevo proceso de licitación de servicios de transporte público que está desarrollando el Gobierno”.
DIVERSIFICACIÓN E INCENTIVOS
En la misma línea, el economista y consultor Jorge Quiroz, planteó que en Chile estamos viviendo un cambio de paradigma en materia de transportes, lo cual nos está llevando a pasar de un sistema que utiliza solo buses diésel a una matriz diversificada que combine varias tecnologías, para así responder a las nuevas demandas de las personas que hoy exigen una mejor experiencia de viaje y un mayor cuidado medioambiental.
A su vez, Raúl O’Ryan, Director del Centro UAI-EARTH, de la Universidad Adolfo Ibáñez, y experto en contaminación atmosférica, coincidió con que se está iniciando un proceso de transición para producir un cambio importante en el Transantiago. Y recalcó que para que ello se concrete es necesario igualar los impuestos a los combustibles, poner incentivos inteligentes a las tecnologías más limpias y medir las emisiones de los buses en operación para comprobar sus reales beneficios y contar con la información necesaria para tomar decisiones apropiadas en materia de transporte público.
Jorge Cáceres, Director del Centro Sofofa Medio Ambiente y Energía, también puso énfasis en la necesidad que existan los incentivos correctos para que todos los combustibles compitan en las mismas condiciones. Al mismo tiempo, llamó a transparentar y preocuparse de temas importantes como el hecho de que el diésel contiene elementos cancerígenos y tóxicos. Además, recordó que la incorporación del gas natural en las industrias en la Región Metropolitana ha permitido reducir tres veces las concentraciones de material particulado fino (MP 2,5) y aumentar tres veces el producto interno bruto en los últimos 20 años. Eso tiene que ser una inspiración para el transporte, opinó.
EXPERIENCIAS EXTRANJERAS
El encuentro tuvo varios oradores internacionales que dieron a conocer casos de éxito en el uso de gas natural vehicular.
Gonzalo Fernández, Subdirector de Servicios Generales de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) del Ayuntamiento de Madrid, expuso la experiencia y los resultados que han logrado con el reemplazo gradual de buses diésel por otros más limpios, con el objetivo de contribuir a mejorar la calidad del aire en la capital española donde el 65% de la contaminación local proviene del transporte.
En ese contexto, comentó que entre 1994 y 2016 los buses diésel que incluyeron mejoras a esta tecnología redujeron sus emisiones en un 40%, mientras que el reemplazo de vehículos petroleros por otros GNC permitió rebajar los contaminantes en un 83% y a un menor costo que en el primer caso.
“En conclusión, bajamos las emisiones de material particulado y óxidos de nitrógeno (NOx). Además el costo total de nuestras operaciones es 10% más barato que antes”, resaltó. Por lo mismo, la estrategia de desarrollo de EMT apunta a que en el año 2021 la mayor parte de la flota funcione a GNC y el porcentaje restante sea eléctrico abriendo espacio también a esta alternativa emergente.
Otra interesante experiencia sobre el aporte del gas natural a la descontaminación atmosférica dio a conocer también Víctor Suárez, Latin America Regional Manager de Cummins, compañía que fabrica los motores con que operan los buses Near Zero Emission en Los Ángeles, California. Al respecto, destacó que esta tecnología ha certificado el cumplimiento de los exigentes estándares que las autoridades de ese Estado han impuesto para las emisiones de material particulado y NOx. De este modo, subrayó que el uso de buses a gas natural en California ha logrado éxito en la reducción de emisiones con bajos costos de operación, y que el GN se proyecta como una opción más sencilla y efectiva para que vehículos de servicio pesado con motores de combustión interna puedan cumplir con las restricciones ambientales.
Por su parte, Daniel Drouillier, Gerente de Desarrollo de Negocios de GNL Downstream de Shell, se refirió a la experiencia de su empresa con el abastecimiento de gas natural licuado (GNL) para diversos medios de transporte, advirtiendo que esta alternativa es más conveniente que el GNC para vehículos más grandes y que deben recorrer mayores distancias, como ocurre con los camiones —especialmente de alto tonelaje— o los barcos. En ese sentido, aseguró que en Chile este combustible puede ser muy favorable para camiones mineros, y que la instalación de estaciones para proveerlo no es tan costosa: “con 40 camiones que abastecer ya es viable”, señaló.
A modo de conclusión sostuvo que, de acuerdo a la experiencia de Shell, “estamos convencidos que el gas natural es la alternativa sustentable de largo plazo para el transporte, sin pagar más”.
Fuente: Revista INDUAMBIENTE, edición 155 (noviembre/diciembre 2018)