La infraestructura de gasoductos que conecta Chile con Argentina y la proximidad de los puertos chilenos con diferentes yacimientos de gas en Sudamérica, podrían convertir a Chile en protagonista de un núcleo comercial para la exportación de este hidrocarburo.
En la actualidad, nuestro país está conectado a la red global de Gas Natural Licuado (GNL) y ha desarrollado una “vasta infraestructura de gasoductos, con inversiones que superan los US$ 12 mil millones”, según aseguró el director ejecutivo de la Asociación de Gas Natural (AGN), Carlos Cortés, en una entrevista a Diario Financiero en 2018.
Los expertos consideran que con este equipamiento, el país podría sumarse a un “hub regional” para la exportación de gas. “La existencia de los gasoductos que nos conectan con Argentina posibilitan el intercambio para el consumo local y la exportación de gas argentino por puertos chilenos, aprovechando para ello la infraestructura de los terminales de GNL”, acota Cortés.
Otro factor que ayudaría a desarrollar este potencial, es la cercanía con el segundo yacimiento más grande del mundo de GNL: Vaca Muerta, en la localidad de Neuquén en Argentina, y también su proximidad con el gas de Camisea en Perú, o incluso desde Bolivia.
“Los puertos de Chile, que se encuentran a poco más de 200 kms del yacimiento de Vaca Muerta, constituyen la solución logística más corta y económica para transportar gas argentino vía gasoductos a plantas de licuefacción sobre el Pacífico, para su posterior exportación en barcos metaníferos a mercados mundiales”, explica Marcelo Paganini, director de Strategy &, área de consultoría estratégica de PwC para Latinoamérica.
La salida al mar que tiene Chile es sumamente estratégica para este posible núcleo, principalmente porque la mayor demanda de gas importado se encuentra en los mercados asiáticos, como China, Corea y Japón.
“Esta región consume alrededor de 130 billones de m3 por año y su importación crece a un ritmo de 5% anual. La ruta marítima más corta desde el Cono Sur para alcanzar estos mercados, los más dinámicos del planeta, es partiendo desde puertos chilenos”, acota Paganini.
Futuro incierto
Poco tiempo después de que Chile construyera los gasoductos para importar gas desde Argentina, el país trasandino cortó la comercialización de GNL con el país pues “no tenían la cantidad de gas suficiente para poder solventar la demanda interna y decidieron no vender esta producción al exterior”, explica Nicolás Magner, académico de la Escuela de Negocios de la Universidad Finis Terrae (UFT). Sin embargo, con el yacimiento Vaca Muerta se espera que los excedentes sean suficientes para poder mantener exportaciones con naciones que más le interesan al país trasandino: Chile, Uruguay y Colombia. Pero el académico advierte que antes de que nuestro país se convierta en una pieza fundamental para la expansión de este comercio, hay que resolver la continuidad de la importación, acuerdos comerciales y colaboraciones con los países implicados. “Depende mucho de las condiciones y de los posibles tratados que se armen con Argentina”, dice Magner.
Sobre las proyecciones del gas natural para el codo y mediano plazo, Eugenio Figueroa, director del Centro de Economía de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente (Cenre), considera que es una posibilidad para cambiar producciones más contaminantes, como carbón y petróleo, a una opción más limpia como el gas natural. Advierte, eso sí, que esto sólo podría funcionar como una medida de transición. “Existen las posibilidades de exportar, pero hay que ver cómo sigue la dinámica del cambio climático, pues eso podría frenar las posibilidades de que esto prospere”, argumenta.
REQUERIMIENTOS TÉCNICOS
El transporte de gas por gasoductos desde Argentina a Chile, requiere todo tipo de mantenciones y especialistas a cargo, considerando que estas estructuras pueden llegar a medir entre 400 kms a más de mil kms. En Chile, deben cumplir con requerimientos de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC), que tienen consideraciones y estándares internacionales explicitados en el Decreto Supremo 102, explica Álvaro Ravazzano Romero, docente de la Escuela de Ingeniería Duoc UC. “Es el reglamento de seguridad para el transporte de gas natural licuado (GNL), que establece los requisitos mínimos de seguridad para su transporte, en cuanto a diseño, fabricación, puesta en servicio, operación, mantenimiento, inspección y término de operaciones”, acota. Para esto, se requiere todo tipo de tecnologías para monitoreo, sistemas de alarma y precaución y sistemas de emergencia, en caso que se requiera. Y luego, para usar el gas una vez que llega a Chile, se debe tratar. El gas natural se extrae de los yacimientos a través de pozos y es tratado en plantas que eliminan las impurezas como vapor de agua, helio y azufre, separan los gases como etano, nitrógeno y CO2, y se extraen los líquidos como propano, butano, pentano y hexano, se explica en la web de GNL Quintero, donde además se especifica que para transformar este gas a líquido, es necesario bajarle la temperatura a -160° Celsius, lo que reduce su volumen hasta 600 veces, y así puede ser inyectado a la red de gasoductos para que llegue a las casas conectadas a esta red. En estas labores participan dos tipos de profesionales, dice Ravazzano. Los instaladores de gas clase 1, que “están capacitados para realizar las instalaciones de producción, almacenamiento, transporte y distribución de gas, especialmente las de gas de ciudad, gas licuado o gas natural, así como instalaciones interiores de gas en alta presión y almacenamiento de cilindros de gas licuado con capacidad superior a 6.000 kg”. Y están los instaladores clase 2, que pueden realizar las tareas de instalación de redes de distribución de gas licuado en media presión, instalaciones interiores de gas licuado y gas natural en media presión y almacenamiento de cilindros de gas licuado con capacidad igual o inferior a 6.000 kg, especifica el académico del DUOC UC.
Fuente: Diario Financiero – jueves 27 de junio de 2019
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