Entrevista María Trinidad Castro
Directora Ejecutiva
World Energy Council | WEC Chile
1. ¿Cuál es su visión sobre el rol del gas natural en la transición energética?
Mi visión del rol del gas natural en la transición energética tiene que ver con dos cosas. Primero que todo, tiene que ver con que la energía es un elemento que nos ha acompañado en toda la historia de la humanidad. Hemos vivido una permanente transición entre diferentes formas de energías y nuevos descubrimientos que nos han ayudado a tener una mejor calidad de vida como seres humanos. En este sentido, la transición energética potente que estamos viviendo en estas generaciones es tan profunda que requiere de la participación de todos.
Lo segundo y más específico es que dado que las diferentes comunidades y territorios, países, regiones viven su propia y particular transición energética a la velocidad que cada uno pueda hacerlo, pienso que es indiscutible la presencia y la masificación de combustibles, energéticos libres de emisiones y totalmente amigables con el medio ambiente pero en este camino, debemos ir por etapas.
Es por estos dos motivos que creo que el rol del gas es fundamental en la transición energética centrada en las personas justamente como un elemento de transición desde los combustibles con mayores emisiones de CO2 hasta aquellos que no generan emisiones ni contaminación local.
Debemos centrar la transición energética en el mayor bienestar de las personas, considerando a todos. Hoy existen decenas de millones de personas que viven sin acceso a la energía como la conocemos, entonces, en este propósito de disminuir las emisiones de CO2 y construir un mundo más sustentable y sostenible, el gas natural se presenta como el elemento de transición por excelencia ya que es un combustible accesible, versátil, abundante y con bajas emisiones.
2. ¿Cuáles son, en su opinión, los principales desafíos hacia la descarbonización a nivel global y específicamente en Chile?
A nivel global creo que los grandes desafíos tienen que ver con el cambio en las conductas de las personas, el relato y el alcance de esta meta. Creo que es necesario dar una bajada más simple a los desafíos de descarbonización, menos técnica, que involucre a todas las personas.
Debemos entender que este no es un desafío de un gobierno o de un determinado sector. Sino que es un desafío de todas las personas, en el corazón de nuestras vidas.
Para esto, debemos entender de qué estamos hablando y cómo cada uno tiene responsabilidad en el logro de este objetivo.
Creo que ahí está uno de los grandes desafíos en esta materia y específicamente en nuestro Chile, sumaría también que logremos traspasar la dinámica de “los buenos y los malos”. Aquí no tenemos buenos ni malos, cada uno es un aporte y las generaciones anteriores tuvieron que progresar y salir adelante como humanidad con energías menos limpias.
Tenemos que estar agradecidos por ello y no estancarnos en el reclamo o la urgencia de corto plazo sino ser capaces de proponer y actuar.
3. ¿Cuáles son, a su juicio, las oportunidades y amenazas que enfrenta nuestro país frente a las ambiciosas metas de descarbonización y a los problemas de
contaminación local que enfrentan varias ciudades del país?
Las amenazas siempre están presentes y creo que una de las que tenemos que mirar con mayor detención son los liderazgos. Debemos cuidar los liderazgos que movilicen y también promover el liderazgo local, comunitario, en todo ámbito.
En términos de las oportunidades, creo que son infinitas. Oportunidades de innovar, de crear nuevas soluciones, avanzar en los territorios donde la energía todavía no es una realidad, ir al encuentro de toda la cadena de valor de nuestro sector y relevar la importancia de este y de porqué debemos trabajar juntos por descarbonizar.
La descarbonización no es un objetivo en si mismo, la calidad de vida nuestra y de las futuras generaciones si lo es.