Desde algunos años la industria eléctrica ha abocado sus esfuerzos en un objetivo común: avanzar sistemáticamente hacia la descarbonización de la matriz, en un esfuerzo público-privado sin precedentes. Desde el inicio del proceso se ha relevado la importancia de ir adelante sin pausa, pero con la responsabilidad suficiente para asegurar la estabilidad del sistema, además de trabajar para minimizar todo lo posible los impactos en quienes se han desempeñado de forma histórica en nuestra industria.
Hoy estamos en un momento clave. Con la transformación en franco desarrollo, gran parte de los cierres de unidades comprometidos de aquí a 2025, un intensivo avance de proyectos renovables a lo largo de todo Chile y el impulso a nuevas tecnologías como el hidrógeno verde, que ya cuenta con cerca de 20 iniciativas piloto en distintos niveles de desarrollo.
Pero en este auspicioso escenario hay otros factores que también inciden y que no podemos dejar de incluir en la ecuación. Mucho se ha hablado los últimos días del contexto que vive la industria, marcada por una estrechez hídrica no vista en décadas y altos precios del gas. A ello se suma una serie de regulaciones en curso, que han generado intensos debates por el rumbo que pudieran marcar para el sector en los próximos años.
En suma, el “momento” del mercado energético es sensible y es importante que todos los actores seamos capaces de mirarlo considerando todas las oportunidades y riesgos que inciden en él. En el caso del gas natural, por ejemplo, entender que tenemos la obligación de velar por su rol estratégico en la transición, siendo el combustible que permitirá acompañar la tan ansiada reconversión de la matriz de forma segura y responsable.
Pablo Villarino
Secretario General ENGIE Chile