– ¿Cuál es su visión sobre el rol del gas natural en la transición energética?
La transición energética es un proceso que requiere del retiro paulatino de todas las fuentes más contaminantes, sin afectar la estabilidad del consumo energético. En tal sentido, de todo el abanico de combustibles fósiles, el gas natural es el que menos emisiones de gases de efecto invernadero genera, por lo que se convierte en un combustible que en corto plazo puede reemplazar los combustibles más contaminantes como el carbón y el petróleo. Es un combustible de transición cuyo plazo de retiro definitivo dependerá sólo de la urgencia climática.
Las redes de gas natural son esenciales para el rápido escalamiento del Hidrógeno Verde ya que se utilizan como forma de almacenamiento y/o transporte. Además, facilitan la mezcla (blending) de ambos gases sin afectar al consumidor final pero bajando las emisiones. En Coquimbo se realizarán las primeras pruebas nacionales de blending y esperamos que prontamente, el Ministerio de Energía, envíe un proyecto de ley de cuotas de Hidrógeno Verde en las redes de gas natural. Este esfuerzo generará una demanda nacional que se debe alimentar con una oferta nacional, permitiendo el aprendizaje y el escalamiento industrial, favoreciendo nuevas inversiones en infraestructura y la creación de nuevos empleos.
El hidrógeno proveniente de combustibles fósiles, H2 gris y azul(1), está sirviendo a la investigación y desarrollo de las tecnologías de las diversas aplicaciones no químicas, en especial, al transporte marítimo. Esto es especialmente relevante para Chile dada la vocación exportadora que se quiere imprimir a esta industria.
Sin embargo, quisiera destacar que además de la urgencia climática y de los mayores esfuerzos que debemos hacer para evitar esta crisis, Chile tiene una gran oportunidad de descarbonizar su canasta energética y apoyar a otros países a decarbonizar la suya. Esta oportunidad descansa en su riqueza de fuentes renovables y su potencial se centra en la producción y exportación de un hidrógeno limpio y cero emisiones como lo es el Hidrógeno Verde (H2V).
1El hidrógeno azul será el hidrógeno producido de combustibles fósiles con la captura y depósito seguro de las emisiones de carbono liberadas en dicho proceso.
– ¿Cuáles son, en su opinión, los principales desafíos hacia la descarbonización a nivel global y específicamente en Chile?
Hace unas semanas, la minera Anglo American -socia de H2 Chile- inició la producción de Hidrógeno Verde para alimentar equipos logísticos en las faenas de la compañía, grúas horquilla para ser más precisos. La industria minera es un buen ejemplo de lo que significa la combinación de liderazgo privado y políticas públicas destinadas a incentivar el desarrollo de una industria de Hidrógeno Verde. Tenemos la combinación de la Estrategia Nacional de Hidrógeno Verde y la decisión de ser carbono neutrales al 2050 y el desarrollo de proyectos piloto demostrativos; es una buena combinación, pensando en que Chile puede llegar no sólo a dar un buen uso del hidrógeno, sino pensar en la exportación a largo plazo.
Cerca del 22% del consumo energético del país es electricidad y el resto, viene de la quema de combustibles. El desafío país ha sido ir aumentando la penetración de fuentes renovables a esta matriz eléctrica y en esto, Chile ha sido particularmente aplicado, cumpliendo de antemano las metas de incorporación de renovables a la generación eléctrica.
Pero en concreto, lo que falta hacer es descarbonizar sectores difíciles de electrificar como el sector marítimo, la industria aeronáutica, la metalúrgica, las cementeras, entre otras. Si avanzamos en el reemplazo de combustibles fósiles en esos sectores, estaremos llegando a la vanguardia que Chile se ha propuesto en materia de descarbonización.
– ¿Cuáles son, a su juicio, las oportunidades y amenazas que enfrenta nuestro país frente a las ambiciosas metas de descarbonización y a los problemas de contaminación local que enfrentan varias ciudades del país?
Sólo se me ocurre una amenaza, y que tiene que ver con que no seamos capaces de responder y actuar a tiempo como país para aprovechar las ventajas comparativas que tenemos en materia de generación de energía limpia y transformarlas en ventajas competitivas para el desarrollo de una economía del hidrógeno.
Pero son muchas más las oportunidades. Si tomamos nuestra particularidad de tener mucha energía solar en el norte y mucho viento en el sur, vemos que hay una tremenda oportunidad de generar polos de desarrollo, con inversión, empleo y servicios asociados a estas empresas.
De acuerdo con las proyecciones del gobierno y de organismos como la Agencia Internacional de Energía, Chile puede llegar a tener el hidrógeno verde más barato del mundo en las próximas décadas, lo cual nos posiciona como país productor y exportador de primera línea.
Uno podría pensar que se trata sólo de oportunidades para sectores empresariales, exportadores o de la industria, pero lo que está detrás de todo esto es la oportunidad de descontaminar la canasta energética completa sin encarecer el costo de vida de la ciudadanía. Esto requiere naturalmente hacer un profundo y acabado diseño de políticas públicas de modo de asegurar su efectividad y el beneficio para la gente.
Maria Paz de la Cruz
Gerente General H2 Chile