– ¿Cuál es su visión sobre el rol del gas natural en la transición energética?
Sin duda alguna el gas natural debe jugar un rol clave en la transición energética al ser el combustible fósil menos contaminante en términos de emisiones de CO2, siendo el reemplazante natural del carbón y el diésel. Adicionalmente, en el ámbito eléctrico, el gas natural permite respaldar la mayor penetración de energías renovables variables, otorgándole flexibilidad y seguridad al sistema.
El gran desafío del mercado del gas natural actualmente es poder abastecer a precios competitivos la alta demanda internacional de este combustible, la cual es reflejo de que la transición energética hacia energéticos menos contaminantes ya está en marcha y de la grave crisis climática que enfrenta el planeta, la cual ha afectado a los centros de producción del gas natural a nivel global y ha mermado las reservas hídricas existentes por las severas y prolongadas sequías que hemos y seguiremos enfrentando los próximos años.
– ¿Cuáles son, en su opinión, los principales desafíos hacia la descarbonización a nivel global y específicamente en Chile?
La crisis climática que vive el planeta es tan grave y profunda que requiere de medidas urgentes y decididas que permitan la descarbonización a nivel global y nacional de la matriz energética.
En el caso de Chile, la descarbonización de la matriz requiere junto con el aumento de energías renovables y el desarrollo de sistemas de almacenamiento e infraestructura de transmisión, ir reemplazando el carbón por el gas natural. Me parece un tremendo contrasentido que el carbón sea reemplazado por el diésel no sólo desde el punto de vista ambiental, sino que también por sus costos sistémicos.
Se debe propender a un sistema que permita capturar los menores costos variables de las energías renovables, de manera que eso ahorros no sean absorbidos por el aumento incremental de los costos en que debe incurrir el sistema eléctrico para dar respaldo a esa energía limpia.
Nuestro país cuenta con una importante infraestructura gasífera, por tanto, y siguiendo las recomendaciones efectuadas por la Agencia Internacional de Energía (AIE), creo que el gas natural debería ser el reemplazante natural del carbón. Al respecto, la AIE, en un estudio del año 2019 en que analiza el rol del gas en las transiciones energéticas actuales, señala que en los países que ya cuentan con una capacidad de generación instalada en base a gas natural, el carbón debería ser sustituido por el gas natural durante la transición energética.
– ¿Cuáles son, a su juicio, las oportunidades y amenazas que enfrenta nuestro país frente a las ambiciosas metas de descarbonización y a los problemas de contaminación local que enfrentan varias ciudades del país?
No veo como una amenaza el cumplimiento de las metas que como país definamos para llegar a una matriz energética cero carbón, ojalá al 2030, lo que creo que es totalmente factible.
Si el proceso de descarbonización se realiza de manera seria, con políticas públicas responsables y técnicamente respaldadas, respetando los dos pilares sobre los cuales se construye la regulación y operación del mercado eléctrico chileno, como lo son la seguridad del sistema y su operación a mínimo costo, la descarbonización de la matriz se presenta como una tremenda oportunidad para disminuir la contaminación de las ciudades y en especial para mejora la calidad de vida de la población en las llamadas zonas de sacrificio, y al mismo tiempo contribuir al cumplimiento de los compromisos que Chile ha suscrito en materia de mitigación de gases efecto invernadero.
Javiera Méndez
Abogada Experta en Regulación Energética de Larrain y Asociados