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Nueva Minería
Varios son los retos a los que se enfrenta este combustible desde el punto de vista regulatorio, geopolítico, ambiental y operacional, pero también podría jugar un papel relevante dado el proceso de descarbonización que está viviendo el país.
Por Daniela Tapia
Cuando ya finalizaba la Cumbre de Las Américas en California, a mediados de junio reciente, el presidente de Chile, Gabriel Boric, y su par de Argentina, Alberto Fernández, anunciaron un acuerdo que permitirá el envío de gas desde Argentina a Chile.
Fue el mismo Fernández quien se refirió al tema, asegurando que se comenzó a enviar a territorio chileno 300.000 metros cúbicos de este combustible, lo que se extenderá hasta septiembre de 2023.
“Estamos proponiendo que, con la participación de empresas privadas, podamos garantizarle en un contrato en firme, es decir, que no pueda ser interrumpido, 4 millones de metros cúbicos diarios para Chile. Esto es algo que debíamos hacer porque en su momento tuvimos que cortar un contrato con Chile de modo abrupto, causándole perjuicios a su economía y a la vida de sus habitantes. Queremos, de alguna manera, reparar este hecho”, argumentó el mandatario argentino.
En la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN) relevaron la medida, señalando que desde el año 2018 Argentina ha vuelto a ser una fuente de suministro de gas para Chile. Esto, en volúmenes que van en ascenso y en condiciones contractuales cada vez más seguras, que han permitido complementar el suministro de base que lo provee el GNL.
“Estamos convencidos de que la integración energética entre ambos países es un eje fundamental para que Chile pueda contar con mayores niveles de seguridad en el sistema y que, al mismo tiempo, le permite avanzar en sus metas de reducción de emisiones. Creemos que el reciente acuerdo alcanzado por las autoridades de ambos países va en la dirección correcta”, sostiene Carlos Cortés, presidente ejecutivo de AGN Chile.
Felipe Givovich, socio Quiroz y Asociados, comparte este punto de vista destacando que la noticia es un hito importante, ya que es la primera vez desde 2007 que, al menos, uno de los gasoductos contará con oferta continua de GN durante el invierno.
“Esta oferta permitirá que se acceda a un combustible más limpio, a menor precio, y que permite cumplir de mejor manera los estándares medioambientales que se han incorporado en los últimos años. Se trata, sin duda, de una noticia muy positiva y ampliamente esperada por la Octava Región”, comenta el profesional.
¿Pero qué ha permitido el aumento en los volúmenes de gas natural provenientes del país vecino? Según Cortés, esto es fruto de una mayor producción de gas natural, efecto del Plan GasAr que estableció un programa de incentivos a la producción de gas en Argentina, y que fue oficializado en diciembre de 2020.
“Ello ha permitido retomar las exportaciones hacia nuestro país de manera sostenida, ofreciendo incluso en el último período estival (octubre 2021 – abril 2022) cantidades que ascendieron a 10MM m3/día, contratadas en firme, lo que constituye un hito en nuestra nueva relación de intercambios energéticos”, dice.
Esto demuestra, expresan en la asociación gremial, que se han dado los pasos necesarios para que este abastecimiento de gas natural en firme se repita durante la temporada estival 2022-2023, (octubre 2022 – mayo 2023), con volúmenes similares.
Asimismo, destacan el trabajo para establecer exportaciones en firme durante todo el próximo año y los siguientes, aumentando así los volúmenes de gas natural provenientes de Argentina.
Gas natural y descarbonización
A este importante hito se suma la situación actual de este combustible, el cual sigue mostrando un desempeño estable en el Sistema Eléctrico Nacional (SEN), donde tiene el potencial de incrementar su participación para reemplazar la generación de carbón.
Durante el primer trimestre de este año, el gas natural ha demostrado su contribución relevante a la matriz de generación eléctrica, representando un 19,1% de la producción total. Del total del gas natural utilizado para generación eléctrica durante el primer trimestre, el 48% corresponde a GNL y el restante 52% ha llegado vía importaciones desde Argentina.
Si se fortaleciera su desarrollo, coinciden expertos, el gas natural podría llegar a convertirse en la principal fuente de energía capaz de proveer seguridad para el sistema en medio del escenario de estrechez energética que hoy vive el país, debido principalmente a la condición de escasez hídrica que se ha venido dando en el último tiempo, junto con el proceso de descarbonización. ¿La razón de este protagonismo? Es posible contar con el suministro de GNL desde diversos orígenes a través de los terminales de regasificación con que cuenta el país, y al mismo tiempo, este recurso energético puede ingresar por los gasoductos que unen a Chile con Argentina.
Givovich también es enfático al plantear que el acceso al GNL es y será la única forma de dar continuidad a las necesidades energéticas, además de reemplazar al carbón en la generación durante los próximos 10 o 15 años.
“Durante este período, el GNL será la principal fuente limpia de energía base que complementará las ERNC interrumpibles y dará estabilidad al SEN”, añade.
Incertidumbres internas y externas
Un claro impacto ha sufrido el gas natural tras los vaivenes geopolíticos derivados de la invasión de Rusia a Ucrania, lo que está marcando el precio del GNL a nivel global, evidenciando la incertidumbre externa que afecta a las principales industrias producto de la guerra.
A nivel interno, en tanto, los ojos están puestos en el plano regulatorio. Al respecto, Cortés manifiesta que en el ámbito de generación eléctrica -en lo inmediato- están evaluando la aplicación de la Norma Técnica de GNL y los resultados y señales que está produciendo.
“Hasta el momento observamos que se están reduciendo los incentivos a realizar mayores compras, en circunstancias que existen contratos que se podrían utilizar con mayor intensidad”, agrega.
Menores incentivos, critica el máximo representante de AGN, no guardan relación con la condición de estrechez del SEN, decreto de racionamiento y medidas que está impulsando la autoridad.
“Lo anterior configura un panorama de señales regulatorias que podrían derivar en el absurdo de que, ante el riesgo de quedarse con stock de GNL gestionable que no se pueda usar en generación, se reduzcan las compras por debajo de las necesidades del sistema eléctrico, impidiendo asegurar un suministro seguro y eficiente, lo cual podría tener efectos indeseados en el abastecimiento de consumos industriales, comerciales y residenciales que en invierno pueden llegar a alcanzar un tercio de la demanda interna”, asegura.
De ahí que desde la asociación gremial abogan para que se impulsen ajustes normativos que estimulen una mayor disponibilidad de gas natural en el sistema.
En cuanto a los retos más operacionales, Givovich cree que todas las centrales que operan en base a GNL tienen más de 15 años de operación, por lo que durante esta década requerirán de obras de mantención mayor que permitan extender su vida útil.
“Naturalmente los requerimientos financieros que impone esta mantención mayor exigen certidumbre regulatoria, la que en el sector energético, y el país en general, ha sido escasa en los últimos años”, enfatiza el especialista.