Teresita Vial Villalobos es abogada y Directora del Área de Proyectos y Energía en ACU Abogados. Además, es parte de Woman in Energy at World Energy Council – WEC Chile. A partir del proceso de transición energética que se ha vuelto un tema trascendental en el mundo, Teresita comenta la g, de manera de mitigar el mayor costo que, eventualmente, traería consigo el cambio en la matriz energética.
¿Cuál es tu visión sobre el rol del gas natural en la transición energética?
Creo que, sin duda, el gas natural (GN) es un actor importante en la transición energética como generación de base, en reemplazo a otros combustibles fósiles más contaminantes. La meta es tener una matriz energética 100% renovable, pero la intermitencia de esta generación, y mientras no se masifique el almacenamiento, requiere de un complemento que, a mi juicio, debiera ser el gas natural.
No creo que, al menos por ahora, exista una única solución para eliminar las emisiones en el mercado de la energía. Se necesitarán diversas políticas y tecnologías en diferentes momentos y, al menos en una primera etapa, el GN juega un rol importante. Sin embargo, también este mercado debe trabajar en reducir su huella de carbono en la producción, transporte y operación, de lo contrario no será útil para políticas de largo plazo.
¿Cuáles son, en tu opinión, los principales desafíos hacia la descarbonización a nivel global y específicamente en Chile?
El uso intensivo y cada vez mayor de energía genera, a mi juicio, uno de los más grandes desafíos en la descarbonización. Queremos reducir las emisiones que provienen de la producción de energía, pero no está dentro de los planes, o al menos de los principales, el bajar el consumo, cuestión que es vital. Mientras esto no ocurra, el principal desafío es de qué manera reemplazamos los atributos principales de la energía en base a combustibles fósiles, que es la suficiencia y estabilidad, que permiten un consumo constante 24/7. Por ahora, el almacenamiento es y será clave, ya que le da esos atributos a la energía renovable, y asimismo, como lo mencioné previamente, el GN, en la medida en que también haga su trabajo de reducir sus emisiones en toda su cadena productiva.
A largo plazo, también aparece como actor importante el hidrógeno verde, que esperamos que logre los costos necesarios para ser competitivo y, por tanto, implementable.
¿Cuáles son, a tu juicio, las oportunidades y amenazas que enfrenta nuestro país frente a las ambiciosas metas de descarbonización y a los problemas de contaminación local que enfrentan varias ciudades del país?
Ventaja, sin duda, que somos un país rico en recursos naturales inagotables como el sol, el viento, extensas costas, desiertos, y, hasta hace poco, el agua. Este último punto es una de las amenazas, un sistema eminentemente térmico e hídrico que debe dejar de serlo, por contaminante y por agotamiento del recurso, que pareciera que nos pilló de sorpresa y sin un plan alternativo. Lo mismo ocurre en términos de energía calórica, que depende, en las ciudades del sur, en un 100% de la leña, generalmente húmeda, que es la más contaminante.
Por esto, se requiere con urgencia adaptar la regulación a este nuevo escenario e igual de importante educar a la ciudadanía al respecto. Porque debemos con urgencia cambiar las fuentes de energía y ser más eficientes en los consumos, que es un trabajo que debemos hacer todos, consumidores y productores, y que probablemente esta transición traerá mayores costos, pero que a la larga se compensarán. Aquí el estado juega un rol vital en poner los incentivos y subsidios donde corresponda, para mitigar este mayor costo en las familias de escasos recursos.