Carlos Cortés Simon, Presidente Ejecutivo de AGN, fue entrevistado por BNamericas, donde abordó el papel del gas natural como un pilar en la transición energética hacia una matriz más sostenible, segura y a costos accesibles para todos los consumidores.
El papel del gas natural en el parque generador es objeto de un análisis prospectivo del local Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y la consultora SPEC. El pilar central de la investigación de ISCI y SPEC -encomendada por la Asociación de Gas Natural (AGN) de Chile- analiza qué inversiones se podrían realizar de aquí a 2040 bajo diferentes escenarios.
Para conocer la opinión de AGN sobre el estudio y tocar otros temas, BNamericas realizó una entrevista por correo electrónico con el presidente ejecutivo de la asociación, Carlos Cortés.
Formada en 2002, AGN cuenta con 10 miembros que representan a múltiples eslabones de la cadena de valor del gas natural y del GNL, como el transporte, la distribución, la producción y la comercialización.
BNamericas: ¿Cuáles son para AGN los puntos más relevantes de la investigación?
Cortés: El estudio representa un aporte fundamental para entender con mayor claridad y evidencia cuantitativa el rol del gas natural dentro del sector energético chileno. Destacamos dos aspectos centrales.
En primer lugar, el análisis concluye que el gas natural no solo facilita, sino que resulta instrumental en la integración de energías renovables al sistema eléctrico chileno. La amplia infraestructura existente garantiza estabilidad y confiabilidad, especialmente durante períodos en que las fuentes renovables presentan limitaciones, como escasez hídrica, menor radiación solar o baja disponibilidad eólica.
Por otro lado, el estudio proyecta que, de retirarse el gas natural hacia 2035, el sistema eléctrico requeriría inversiones de alrededor de US$26.000 millones en generación renovable y almacenamiento, adicionales a los US$30.000 millones que costará a nuestro país el cierre del parque generado a carbón. Estos costos se traducirían en un aumento estimado de hasta un 10% en las cuentas de electricidad.
BNamericas: ¿Cuál fue el propósito del estudio?
Cortés: El estudio fue desarrollado con el objetivo de proporcionar antecedentes a la discusión sobre el futuro de la matriz eléctrica de nuestro país, en un contexto en que se diseña un plan de retiro del parque de generación a carbón.
En particular, este análisis prospectivo se caracteriza por identificar las expansiones adaptadas económicamente, es decir, aquellas inversiones que el país necesita desde una perspectiva económica, considerando también variables clave para garantizar un sistema confiable, con seguridad de suministro, y que cumpla con estándares de emisiones. Dentro de este marco, buscamos identificar cómo se utiliza el gas natural y cuál es su rol en la transición energética.
Al contar con la participación del Instituto de Sistemas Complejos de Ingeniería (ISCI) y SPEC Consultores, se asegura un enfoque técnico de altísimo nivel, contextualizado a la realidad nacional.
Con un horizonte de proyección que abarca desde 2024 hasta 2040, el informe ofrece una visión amplia y detallada de la relevancia de mantener el gas natural como componente estratégico en el mix eléctrico chileno. Si bien las energías renovables han experimentado un avance notable, persisten desafíos significativos para su adopción generalizada, particularmente en regiones donde fuentes más contaminantes, como el diésel y el carbón, siguen desempeñando un rol preponderante.
BNamericas: ¿Qué papel prevén en AGN para el gas natural en el sistema eléctrico chileno en los próximos años?
Cortés: La visión de AGN se alinea con el gas natural como un pilar muy necesario en la transición energética hacia una matriz más sostenible, segura y a costos accesibles para todos los consumidores. Consideramos esencial utilizar y mantener adecuadamente la infraestructura de gas natural ya existente, lo que permite evitar incrementos desmesurados en los costos de la energía para los usuarios finales.
Además, reducir la dependencia de fuentes altamente contaminantes como el carbón y el diésel es una prioridad estratégica. El gas natural, de acuerdo con el análisis del estudio de ISCI-SPEC, se presenta como una alternativa viable para respaldar el sistema energético, pues facilita una transición gradual y equilibrada.
Particularmente en el sur de Chile, donde la contaminación por uso de leña plantea serios problemas ambientales y de salud pública, la necesidad de soluciones energéticas más limpias y sostenibles es evidente. Por ello, prevemos que el gas natural seguirá desempeñando un rol importante en el proceso de transición hacia fuentes más eficientes y con menores emisiones.
BNamericas: ¿De dónde proviene hoy el gas que se consume en Chile?
Cortés: El gas natural que llega actualmente a nuestro país proviene de Argentina a través de los gasoductos binacionales que interconectan a nuestros países; y del resto del mundo, como gas natural licuado (GNL), llega a los terminales de Quintero y Mejillones, GNL que ha sido la base de nuestro sistema gasífero en los últimos años.
Por otro lado, los gasoductos conectados con Argentina y, en particular, el yacimiento de Vaca Muerta, una de las reservas de gas natural más grandes a nivel mundial, constituyen una fuente cada vez más importante para el abastecimiento del mercado chileno. Esta diversificación de suministro aporta a una matriz energética más segura.
BNamericas: Finalmente, en Chile se está perfilando el hidrógeno verde y sus derivados como un componente de la matriz energética. ¿Ven el hidrógeno verde como una “amenaza” o como una oportunidad?
Cortés: Desde nuestra perspectiva, la incorporación de gases renovables, como el hidrógeno verde y el biometano, representa una oportunidad estratégica para diversificar y descarbonizar la matriz energética. Anticipamos que estos gases desempeñarán un rol creciente a medida que el país avance hacia un mayor uso de fuentes de energía renovable.
Nuestras empresas asociadas están activamente involucradas en el desarrollo de nuevas tecnologías e iniciativas que permiten integrar gases verdes a las redes, como el proyecto H2GN liderado por GasValpo en la Región de Coquimbo, que abastece a más de 3.000 hogares con una mezcla de gas natural e hidrógeno verde.
Otro proyecto destacado es la inyección de gas natural renovable o biogás a la red de distribución de Metrogas en Santiago. Este biogás, generado a partir de las aguas residuales tratadas en la planta La Farfana, produce hasta 12 millones de metros cúbicos anuales, que equivalen al suministro de 30.000 hogares o de 4500 autos a gas natural comprimido, lo que evita la emisión de 22.000t de CO2 al año.
Si bien el desarrollo de tecnologías asociadas al hidrógeno verde todavía enfrenta desafíos en términos de costos e inversión, se prevé que regulaciones e incentivos adecuados impulsarán su implementación de manera efectiva en costos. Nuestro objetivo es incorporar estos gases en la infraestructura de gas natural existente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y mantener la seguridad de suministro a costos que sean accesibles para los usuarios finales.
Entrevista publicada originalmente por la edición en inglés de BNamericas.