Entrevista con el Presidente Ejecutivo de la AGN, Carlos Cortés
Desde la entidad reclaman que el hidrocarburo, esencial para la descarbonización de la matriz, no está siendo impulsado como debería y están alertas por los cambios normativos que se avecinan.
Una de las prioridades del Gobierno tiene que ver con ajustes mayores al mercado del gas de cañería, que se presentarán posterior a la ley corta, que se discute en el Senado y que viene a reducir la rentabilidad máxima del sector. El presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN), Carlos Cortés, aborda por primera vez esta situación y explica que existe preocupación al respecto, asegurando que no ven una justificación para el ajuste propuesto a los indicadores de rentabilidad, luego del proceso que ya se realizó en 2017.
“De prosperar la disminución de rentabilidad para esta actividad tal como está planteada en esta iniciativa, puede verse seriamente afectado el crecimiento futuro de una industria que juega un rol clave en la transición hacia una matriz energética descarbonizada”, advierte Cortés. En esta línea, critica que la iniciativa no tuvo un proceso prelegislativo con la industria, y apunta a que es al menos ‘paradójico’ que se esté desincentivando la inversión en este rubro, ante la relevancia estratégica que tiene el hidrocarburo para la descarbonización.
Y es que se considera que el gas natural es clave para el sistema durante el período en que muchas de las energías renovables de naturaleza variable no resuelvan los diversos riesgos que deben gestionar, tales como las restricciones en las capacidades de transmisión, el vertimiento y almacenamiento, entre otros. En cuanto a la ley larga, Cortés señala que ‘desconocemos cuáles son los fundamentos y los objetivos de esta’, y que lo que esperan es que, en vez de nuevos obstáculos, la iniciativa incluya mecanismos que viabilicen e incentiven la expansión del gas natural en los distintos segmentos.
“Parlamentarios y autoridades deben comprender que al viabilizar la expansión del gas natural se estará avanzando en descarbonización sin comprometer la seguridad energética, siendo ese el tema más relevante a nivel global. Chile no puede cometer el error de ser una excepción”, asegura el líder gremial. Según las estimaciones de la AGN, el reemplazo de carbón por gas natural permitiría reducir en un 50% las emisiones de CO2 por cada MWh. Con esta sustitución, sumada a la inserción de más renovables, el sector eléctrico en su conjunto contribuiría a resolver un 68% de la brecha que separa a Chile de la meta de emisiones al 2030.
“Es muy paradójico que haya un esfuerzo tan grande por descarbonizar la matriz de generación eléctrica, y que en la práctica estemos reemplazando carbón por diésel, cuando si lo hubiéramos hecho con gas natural el país se podría haber ahorrado hasta US$ 160 millones en 2021 en costos de operación del sistema eléctrico, y reduciendo de paso las emisiones en forma significativa”, recuerda Cortés. En ese sentido, el líder gremial destaca que Chile cuenta con contratos competitivos de abastecimiento de gas natural, vía GNL, a lo que se suma el gas que recibimos desde Argentina, como complemento. Pero advierte que faltan señales regulatorias que fomenten su uso, para que este energético pueda desplegar en Chile todo su potencial.
Crisis del gas
En el marco de la crisis energética que se vive actualmente en el hemisferio norte, Carlos Cortés destaca que el país se encuentra bien posicionado a nivel internacional en cuanto a sus opciones de abastecimiento de gas natural, así como del esquema contractual de aprovisionamiento, que de todos modos no basta para aprovechar el potencial del uso del hidrocarburo en sus distintas opciones.
Por estos días, y como parte de sus actividades por el vigésimo aniversario del gremio, la AGN realizó en conjunto con el Centro de Transición Energética de la UAI un seminario con expertos locales e internacionales, para analizar el panorama energético global, a raíz de la situación en Europa provocada por la guerra en Ucrania, entre otros temas. “Chile está disfrutando hoy de las oportunas decisiones que tomó hace más de una década, cuando decidió diversificar las fuentes de origen del gas natural que requería, construyendo dos terminales de regasificación y contratando el suministro a largo plazo, decisión que ha hecho que el impacto en los precios sea significativamente menor que el que se aprecia en otras latitudes”, explica Cortés.
Asimismo, resalta la importancia que ha tenido el suministro desde Argentina, que durante el último período estival representó hasta 10 millones de metros cúbicos diarios. “La complementariedad entre GNL y gas argentino permite acceso a este energético en condiciones competitivas, en momentos en que necesitamos asegurar la mayor cantidad de energías limpias para el país”, resume Cortés.
La entrevista en El Mercurio
