Uno de los puntos de consenso en el panel -que sumó a representantes de los sectores energético y medio ambiental-, fue el de la necesidad de ampliar la discusión pública sobre transición energética, dado que hasta ahora ésta ha estado enfocada sólo en lo eléctrico.
El auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales e Historia de la Universidad Diego Portales (UDP) fue sede del conversatorio titulado “El rol del gas natural para la transición energética”, organizado en conjunto por el exministro de Energía y actual académico UDP, Claudio Huepe, y la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN) y que tuvo como objetivo visibilizar diversas escenarios para avanzar hacia una matriz energética carbono neutral, subrayando la necesidad de abordar esta etapa desde una perspectiva integral, teniendo en cuenta tanto emisiones globales como locales, factores económicos y distributivos.
El estudio fue discutido bajo la moderación de Huepe y el panel contó con la participación de diversas miradas del mundo energético tales como Marcelo Mena, director del Global Methane Hub; Sara Larraín, directora de Chile Sustentable; Paulina Riquelme, presidenta de la Comisión e Sustentabilidad de la CPC, Claudio Seebach, presidente ejecutivo de Generadoras de Chile y Carlos Cortés Simon, presidente ejecutivo de AGN, quienes se refirieron a los desafíos energéticos inmediatos que enfrenta nuestro país y al rol que el gas podría jugar como una alternativa de solución de los mismos.
“Perspectiva sistémica”
Durante la instancia, el exministro de Energía subrayó la importancia de abordar la transición energética desde una perspectiva sistémica, reiterando la importancia de avanzar hacia una matriz carbono neutral, pero sin desentenderse del grave problema que enfrenta nuestro país por sus altos niveles de contaminantes locales – que son los que afectan directamente la salud de la población-, sino también los aspectos de crecimiento, distributivos y las tecnologías existentes, recalcando en la necesidad de ser conscientes de la incertidumbre tecnológica en el sector energético. Para enfrentar este desafío, sugirió que al planificar la adopción de innovaciones, se debe coordinar la expansión tecnológica con el retiro progresivo de las energías fósiles para reducir impactos adversos.
“El gas natural, en el contexto de la transición energética, tiene un papel que no puede ser obviado. Para abordarlo de manera adecuada, es esencial adoptar una perspectiva sistémica, considerando no solo los impactos ambientales, tanto globales como locales, sino también los costos, la distribución de los impactos y la evolución tecnológica. Las decisiones políticas serán determinantes en este proceso, y deberán tener en cuenta todas estas dimensiones”, explicó el académico UDP. “Es vital que, en nuestra transición hacia un modelo energético más sostenible, logremos no solo beneficios a nivel global, sino también crear una coalición de intereses que integre de manera armónica a la industria, hogares, comercio y transporte, en pro del desarrollo económico y social”, agregó.
El trabajo mostró el impacto que tendría un aumento en la velocidad de retiro del gas natural en tres sectores: electricidad, industrial y CPR (comercial, público y residencial) y en cuatro escenarios tentativos: los escenarios 1 y 2 centrados en la transición hacia energías renovables, exigiendo tecnologías avanzadas de transmisión y almacenamiento acelerado y los escenarios 3 y 4, enfatizando en el mayor uso del gas natural, especialmente en calefacción, donde se discutió sobre su capacidad para sustituir a energéticos altamente contaminantes y dañinos para la salud de las personas, como la leña.
Por su parte, el presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas de Gas Natural, Carlos Cortés Simon, aseguró: “El gas natural no es sólo una fuente de energía disponible y con suministro seguro, sino que es un catalizador para un futuro energético más limpio y eficiente en Chile. Al sustituir al carbón, asegura una generación eléctrica confiable y flexible, esencial para incorporar energías renovables. Es también una buena solución en áreas donde la electrificación noha dado soluciones, como transporte pesado e industria. En hogares y comercios, reduce significativamente las emisiones en comparación con alternativas como el GLP, kerosene y, especialmente, la leña. Además, su infraestructura es clave y funcional al desarrollo de la naciente y prometedora industria del hidrógeno verde”.