El precio competitivo en que Argentina está ofreciendo su gas, en un contexto donde las grandes compañías apuestan por fuentes de energía más limpias, encabeza el abanico de ventajas.
En septiembre pasado, después de once años, la Secretaría de Energía de Argentina dio el visto bueno que faltaba para reiniciar los envíos de gas a Chile, tras un acuerdo firmado por los presidentes de ambas naciones, cuyo foco principal es la generación eléctrica. Expertos explican que se trata de una decisión que traerá distintos bene-ficios. Por el lado chileno, el ministro de Energía, Juan Carlos Jobet, destaca el precio competitivo en que Argentina está ofreciendo su gas, “que lo hace más competitivo que el gas natural licuado (GNL) importado”, junto al hecho de incrementar la oferta para ciertas zonas del país, restringida por la capacidad limitada de suministro a través de camiones. Para Carlos Cortés, director ejecu-tivo de la Asociación de Empresas de Gas Natural (AGN), la oportunidad de continuar desarrollando el mercado del combustible es lo más destacable, en un contexto global que tiene a las grandes compañías energéticas apostando por fuentes más limpias como alternativas al petróleo y carbón. En principio, se trata de un acuerdo estival. Álvaro Ravazzano, académico de la Escuela de Ingeniería del Duoc UC, señala que el objetivo es que durante los ocho meses en los que Argentina tiene excedentes de gas natural (GN), éste pueda ser enviado
desde Mendoza hasta San Bernardo, a través del gasoducto GasAndes, que atraviesa los 463 kilómetros existentes entre ambos puntos, funcionando como una fuente de abastecimiento complementaria al GNL que llega al país a través de los únicos dos terminales de regasificación de GNL, ubicados en Quintero y Mejillones. El dinamismo aportado al sector se notó de inmediato. El ministro Jobet señala que en los primeros cinco meses del año, el 39% del gas importado (889 millones de m3) provino de Argentina, con volúmenes que no se veían desde hace más de una década, lo que se explica en “la robusta red de interconexión que existe entre ambos países, con siete gasoductos, que permitió recibir gas argentino en el norte, centro, sur y zona austral del país”. Y según la última Memoria del Ministerio de Energía, a diciembre se verificaron 21 operaciones de importación, por 513,8 millones de m3 de GN, lo que equivale a 67 veces lo importado durante 2017. Ante esas cifras, Cortés advierte la importancia del comercio gasífero entre ambas naciones, en un escenario donde el GN tiene aún una baja participación en los diferentes segmentos de consumo, sobre todo en transporte, donde su uso es “casi inexistente”. “En 2018, el GN que se usó para generación eléctrica representó apenas el 15% y aún teniendo hoy una capacidad instalada similar a la del carbón, su despacho en el último año fue muy inferior: del 100% de la capacidad instalada de carbón, se despachó más del 63% y sólo 27% fue de gas”, detalla. En minería, añade, su uso está cerca del 11% pero dista mucho de lo observado en los países desarrollados de la OCDE, donde la gran minería lo incluye en el 30% de sus operaciones. En esa línea, considera que los desafíos que impone la incorporación de energías renovables variables al sistema eléctrico representan “una tremenda oportunidad para este energético”, en pos de “abastecer y cubrir necesidades energéticas tanto domiciliarias, industriales y de generación de energía eléctrica, esto último relevante para la descarbonización”, sostiene el académico del Duoc UC, añadiendo que el impacto en temas de costos también será importante, sobre todo en la zona central del país, pero será algo más a largo plazo, que apenas empezará a notarse en los próximos seis meses, aclara Nicolás Magner, director MBA de la Escuela de Negocios Universidad Finis Terrae.
Incertidumbre Los contratos actuales del suministro de gas son de carácter interrumpible y estacionales, pero el ministro de Energía asegura que “estamos avanzando a contratos a firme de largo plazo”. Es algo que genera incertidumbre en el sector, además de opiniones encontradas sobre lo que podría pasar si el suministro se corta abruptamente otra vez, como ocurrió en 2007. Alejandro Larrive, gerente general de Methanex en Chile, una de las primeras empresas en firmar tras el acuerdo bilateral, dice que este es uno de los retos: “Necesitamos confiar en que contaremos con un suministro estable, que no sufra oscilaciones ni mucho menos interrupciones”. Para Eugenio Figueroa, profesor del Departamento de Economía FEN Chile y director del Centro de Economía de los Recursos Naturales y el Medio Ambiente (Cenre), la incertidumbre también viene por las próximas elecciones presidenciales que se realizarán en octubre en Argentina. “No sabemos quién saldrá elegido ni cómo eso podría influir en el futuro del gas, pero hay que tenerlo en cuenta”, advierte. Carolina Hernández, gerente de Energía y Cambio Climático de EY, no lo mira desde la óptica política sino desde la de infraestructura. “La posibilidad de corte siempre estará, y no necesariamente por temas de abastecimiento o políticos, sino por fallas en el gasoducto u otro tipo de emergencia en uno de los dos lados de la cordillera”, señala. Ante eso, dice que es clave contar con claros planes de contingencia, y también que las empresas posean sistemas de respaldo y una estrategia de abastecimiento para afrontar una situación similar. Algo que, en líneas generales, pone en ventaja a Chile. “En 2019 contamos con mejor infraestructura que en la década del 2000, mayor diversidad de proveedores, una industria con experiencia que vivió el racionamiento del gas y un sector residencial que, a pesar del escenario vivido, no sufrió cortes. Podemos suponer que poseemos la experiencia para afrontar este desafío”, asegura la ejecutiva. Cortés dice que las experiencias del pasado demostraron la importancia de tener fuentes de suministro diversificadas. “Es por eso que, más allá de un aumento en los volúmenes de gas vía gasoducto, también es clave el rol que juegan los terminales de GNL del país, en términos de seguridad de suministro”, enfatiza.
Fuente: Diario Financiero – jueves 27 de junio de 2019
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