El gas natural de uso vehicular es el mismo gas que se utiliza en hogares, industrias, comercios y para generar electricidad. La única diferencia radica en que para uso en el sector transporte es comprimido hasta alcanzar una presión de 200 bar, con el objeto de ser almacenado en cilindros o estanques.
Las ventajas del gas natural comprimido (GNC) son muchas, entre las cuales destacan las siguientes:
Es una fuente de energía limpia, cuya combustión es más completa y pura que la de combustibles líquidos, lo que disminuye significativamente el nivel de partículas y gases contaminantes como hidrocarburos no quemados, monóxido de carbono (CO) y gases de efecto invernadero. No produce residuos de carbón, no forma sedimentos ni lava las paredes de los cilindros, aumentando la vida útil del motor, bujías, filtros y aceite. Disminuye el nivel de ruido en relación con los motores diésel. Además cumple con exigentes normas de seguridad, tanto para la instalación de kits de conversión como para el reabastecimiento de combustible. Adicionalmente, ante cualquier escape, el gas natural asciende y se disipa en la atmósfera.